Game over

Modifico mi comportamiento cuando estoy contigo. Suelo ser simpático. Pero contigo soy un borde. En mayúsculas. Porque te genera rabia pero también intriga. Me preguntas si soy así siempre. Te respondo con evasivas. Entonces me rechazas y eso a mi no gustar, aunque jamás desisto en mi intento de llevarte a la cama. Escribo esto para revelar mis trucos. No te has dado cuenta del juego. Lo más gracioso es que cuando lo hayas hecho tus defensas estarán bajo mínimos. Tu debilidad será mi fortaleza y el nudo de tu garganta estará demasiado tenso. Tus bragas por los suelos. Vas a pensar que fue decisión tuya. En realidad lo sería. Pero déjame decirte que has sido manipulada. Y una vez aquí de perdidos al río. Llevarías la voz cantante. Pero tu voz se rompería, a veces. Se desquebrajaría de tanto grito. Me gustaría que me dijeras al oído que no piensas parar en siglos.

Enmudecer tus gemidos con mis labios me provoca placer. Agarrar tus manos para no dejarte hacer. También. Cuando estás encima te crees que estoy sometido. Y es cierto. Tienes una capacidad innata para decirme qué piensas hacer con tan sólo con una mirada fugaz. Corrompes mis ganas por llevar el control y me dejo llevar. Me corro dentro por no poder aguantar ni un minuto más.